Jordi Adell, profesor de la Universidad de Castellón, utiliza un símil futbolístico para describir el proceso de aprendizaje. Dice: hay varias maneras de jugar al fútbol. Una, correr tú detrás de la pelota. Otra, lanzarla para que sean ellos los que corran.
Es cierto, el profesor debe lanzar la actividad –pelota- para que sean los alumnos quienes vayan tras ella. Pero ¿cuál es la solución para el caso de que la lances y no corran?
Cuando comentas que los alumnos no se implican lo debido, obtienes una respuesta invariable: las actividades están mal planteadas. Y dices: de acuerdo, pero ¿tú cómo lo harías? No te sorprende, en absoluto, que te ofrezcan las mismas soluciones que tu ya has aplicado y no han funcionado.
De hecho, quienes poseen adaptabilidad y priorizan la innovación tecnológica suelen considerar que el problema está en que se utilizan métodos tradicionales no acordes con la nueva mentalidad y hablan de las bondades de blogs, wikis, …. Quienes prefieren métodos contrastados consideran que, en general y excluyendo los nativos digitales, aún no hemos asimilado los cambios y cuestionan la eficacia de algunas de éstas herramientas que se están popularizando.
En realidad, ninguna de las aplicaciones 2.0 utilizadas con fines educativos es suficiente por si misma. Todas tienen fortalezas y carencias que reclaman complementariedad con otras. Algunas de ellas, como la pizarra digital, son utilizadas por profesores, en cambio, otras como el wiki son más indicadas para el trabajo colaborativo de los alumnos. Y, sin embargo no son excluyentes en una misma acción educativa dentro de un contexto determinado.
La elección de la tecnología, no debe realizarse buscando estímular la participación, sino en función de la consecución de los objetivos pedagógicos marcados y de unos elementos inicialmente determinados e inamovibles como son: período de tiempo, tema, audiencia y recursos disponibles.
La motivación debe realizarse, es cierto, pero en un estadio posterior cuando ya se ha tenido ocasión de comprobar los intereses y estilos de aprendizaje de los alumnos.
3 comentarios:
Hola,
Yo siempre me hago una pregunta, ¿tiene sentido la actividad para los estudiantes? ¿perciben su importancia para su formación o que los conocimientos que van a adquirir son relevantes y aplicables en su percepción de la profesión para la que se están preparando?
En ocasiones basta con que perciban que "puede ser divertido hacerlo". Todos hemos visto cómo dedican tiempo y esfuerzo a actividades poco relevantes, pero muy divertidas para ellos (evito ejemplos :-) ).
Una idea final: los estudiantes, y cualquiera, solo pueden reflexionar sobre lo que conocen. A veces les pedimos que reflexionen sobre "cosas" sobres las que solo han leído algo, poco. Ejemplo, la web 2.0 no se puede explicar, o solo se puede explicar después de alguna experiencia directa con herramientas y prácticas (publicar, compartir, etc.).
En fin, tampoco es que esto sea la panacea. Hasta que no inventen las pastillas que den ganas de aprender... :-)
Saludos.
Jordi.
Por cierto, el símil futbolístico era correr detrás de la pelota o hacer que corra la pelota, pero casí da igual. La idea es que un profesor muy activo, muy motivado, que hace un millón de cosas, puede que fracasar si sus alumnos se limitan a mirar :-) Diseñemos actividades en las que ELLOS HAGAN COSAS, no en las que NOSOTROS SEAMOS LOS ÚNICOS QUE HAGAMOS COSAS (explicar en la pizarra, mantener un blog de aula o una wiki y escribirlo todo nosotros, etc.).
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Más saludos.
Gracias, Jordi, por tus apreciaciones y matizaciones, con las que estoy totalmente de acuerdo.
Saludos cordiales,
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