La creciente importancia de la formación y del aprendizaje permanente en la sociedad del conocimiento ha fomentado el aumento del gasto público y el desarrollo de políticas fiscales que inciden en las inversiones en educación y formación.
En este sentido, el Centro Europeo para le Desarrollo de la Formación Profesional (Cedefop) ha realizado un interesante informe: El uso de incentivos fiscales para promover la educación y la formación, sobre los fondos sectoriales de financiación de la formación y el aprendizaje en los Estados Miembros de la Unión Europea, en el que se analiza la incidencia de la inversión en la formación continua, el papel de los incentivos fiscales -valorados por empleadores y empleados- y las importantes diferencias entre los países analizados.
Entre otros datos, indica que:
- El gasto fiscal en educación y formación representa un porcentaje muy pequeño del total y que las políticas fiscales, hasta ahora, no guardan relación con las políticas de educación y formación, pese a que, en los últimos años, se presta una atención especial al papel que pueden desempeñar como instrumento para influir en el apoyo empresarial y de inversiones en educación y formación.
- Los incentivos fiscales se consideran más eficaces cuando se utilizan en forma concertada con otras medidas de política, como ocurre en Francia donde estos incentivos van ligados a otras políticas: trabajo, familia, …
- Los elementos más valorados de estos incentivos por empresas y particulares es su importancia en términos monetarios tangibles y los bajos niveles de burocracia. Los que tienen una tramitación más farragosa (Austria, Irlanda) ahora tratan de simplificarla.
- Las condiciones de aplicación son generalmente transparentes, aunque posteriormente el control de las solicitudes no suele ser intenso.
- La información sobre los incentivos es escasa. En Alemania sólo se han beneficiado 400.000 contribuyentes, mientras que en Países Bajos alcanza un 5-10% del total de la población.
- Algunos países apoyan la empleabilidad a largo plazo con los incentivos fiscales no sólo para la formación en el empleo actual, sino también para la educación y la formación de los futuros cambios de ocupación (Austria, Alemania, Países Bajos).
- La exención de IVA para actividades de educación y formación para unos es contemplado como una fortaleza ya que repercute en precios más bajos para los receptores y en un aumento de la participación. Para otros, en cambio, es visto como una debilidad ya instituciones educativas como pueden ser las universidades no pueden deducir el soportado en la adquisición de bienes y servicios como pueden ser equipos para la investigación y la enseñanza.
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