En la misma línea de su conferencia en EDEN 2010, en OUConf10, George Siemens insiste, una vez más, en que la noción de un curso tiene que cambiar. En esta línea ha trabajado con Stephen Downes, Dave Cormier o Alec Couros, utilizando las ventajas de los medios de comunicación social y la fragmentación del mensaje, entendido como oposición a los bloques prefabricados de contenidos que proporcionan una visión única.
Considera que en la enseñanza y el aprendizaje hay una consciencia de cambio, aunque no está claro hacia dónde va. Constata que, debido a los hábitos sociales, la información y las interacciones on-line no han hecho mella en el campo educativo y añade que, pese a la emergente complejidad de la sociedad actual, seguimos teniendo un modelo unitario.
Aplicar el cambio requiere una coherencia en la nueva relación de poder que se establece. Hay que tener en cuenta que si nos envolvemos con una determinada estructura luego será difícil salir de ella, que pese a tener una estructura de poder perfectamente determinada, en las redes siempre hay la posibilidad de sorpresa, precisamente por la imprevisibilidad que aporta.
Han desaparecido las paredes del aula ya que los contenidos pueden recogerse en distintos lugares. El conocimiento es ya un fenómeno distribuido. Y acorde a ello, el educador ha de exponer a los alumnos al conocimiento pero es el alumno el que debe escoger las partes que le interesen.
Frente a la apuesta de una venidera tecnología sin mediación, Siemens apuesta por la redes sociales que permiten establecer relaciones de confianza que sirven de ayuda y guía, aunque reconoce que en CCK08 y CCK09 no ha sido fácil ya que los inscritos manifestaron sus dificultades: confusión y caos como reacción a algunas normas que seguían los instructores como no decirles cómo pensar acerca de un concepto, no aconsejarles sobre lo que debían o no leer, …, pretendiendo que fueran ellos quienes supieran encontrarlo por si mismos o gracias a la interacción con sus compañeros. Algunos así lo hicieron pero otros muchos abandonaron.
Considera que se necesita un centro aglutinador, un espacio distribuído y auto-organizado en torno a una idea, que sustituya el papel que desempeñó el instructor en el pasado. El problema -dice- es cómo hacerlo. Si se tienen claros los objetivos, se tendrá claro el proceso, pero no está seguro de si en el aprendizaje hay que tener objetivos predeterminados. Si lo está, en cambio, de que los mejores resultados se obtienen cuando el aprendizaje se basa en las necesidades.
Coincido en este último punto. Se aprende cuando hay necesidad (motivación) y discrepo de la eficacia de un curso que no proporciona la información adecuada, es decir, que no contenga un exceso ni un defecto en cuanto a datos. El caos ya lo aporta la red, reproducirlo en un curso no tiene sentido más allá de la experimentación.
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