A lo largo de la historia, la educación ha sido una tarea necesaria que, en la práctica, se ha realizado de una forma intuitiva, improvisada, o aplicando normas que expliquen la acción y garanticen su eficacia (Sarramona, J., y Marqués, S., (1985): ¿Què es la pedagogía?, Barcelona, Ceac. Barcelona) sin embargo, no ha habido unanimidad en la determinación del nivel de generalización que deben tener estas normas, las variables que deben contemplarse en la metodología a aplicar, o en establecer si el método debe provenir de la teoría o si, por el contrario, han de ser los resultados de la práctica la base para elaborar la teoría.
Todo ello ha impedido, hasta ahora, establecer un modelo pedagógico unicista válido. Y en este contexto se produce una nueva forma de educar y de aprender que se debate entre distintos paradigmas emergentes:
- Educativo: Lo importante es aprender a aprender y el protagonismo ya no es para la enseñanza y el docente sino para el aprendizaje y el alumno.
- Conexionista: La nueva información sólo es consolidable si el aprendiz dispone de unos esquemas cognitivos previos.
- Informático: El uso de las TIC permite incorporar nuevas formas de interacción con la información, el conocimiento y las personas
- Económico: El factor más importante no es el capital económico o humano sino el uso intensivo del conocimiento y la información.
Peter Drucker (2001. The New York Times) considera que el conocimiento es un recurso clave que reside en la persona, en el trabajador del conocimiento que maneja información. Y es que, a diferencia de la era industrial en que se solicitaba una formación definida y clasificada, en la era tecnológica se demanda información, entendida como herramienta de trabajo, y, por tanto, con la exigencia de veracidad, claridad, concisión, y rigurosidad.
A mayor nivel ejecutivo, mayor es su capacidad para transformarla en conocimiento y mayor su necesidad de obtenerla. Se requiere, por tanto, una información objetiva, que no deje lugar para la duda pero que aporte creatividad y abra nuevas perspectivas. En definitiva, se busca apertura de pensamiento y competencia en la resolución de nuevos problemas.
Sin embargo, la información se genera a una velocidad mucho mayor que la requerida y hace que sea difícil asimilarla, siendo necesario buscar nuevas alternativas de procesamiento, almacenaje y recuperación de la información.
En este sentido, el Conectivismo hace una revisión de un proceso que ha ocurrido toda la vida y que ahora está mediado por las nuevas tecnologías. Se trata de las redes de conocimiento que, hoy, igual que ocurre en todos los servicios, están dotadas de una capa social y basadas en herramientas web.
El Conectivismo distingue entre red (estructura sociale formada por nodos unidos por una serie de interdependencias) y servicio de red (herramientas, básicamente de la web 2.0). Esa es la distinción fundamental respecto a las redes de conocimiento clásicas y la causa por la que el Conectivismo atiende más a lo externo que a lo interno. Es el elemento que le otorga durabilidad a la teoría ya que el canal o tubería por el que discurre el conocimiento está en plena evolución y, previsiblemente, será así durante muchos años. En cambio, lo interior ya es estudiado por la neurociencia.
Las redes virtuales de conocimiento tienen una configuración policéntrica y un sistema de relación estructuralmente débil (por la dispersión de nodos que mantienen un equilibrio inestable en relación a la reciprocidad, el expertise y los valores) aunque comunicativamente fuerte al utilizar simultáneamente distintos códigos (verbales y no verbales). Su membresía tiene carácter semi-formal, con relaciones de negociación y racionalidad deliberativa entre pares, sin reglas prestablecidas que determinen derechos, obligaciones ni procedimientos a seguir, una comunicación que favorece la interacción multibanda.
La debilidad de las conexiones de las redes espontaneas genera incetidumbres en cuanto a fiabilidad, ya que se dispersa la información. Así, acceder a la información que buscamos es aleatorio la mayoria de las veces, no garantizando la adquisición de información ni su veracidad en caso de adquierirla.
Creo que deberíamos experimentar un modelo en el que intervinieran, de alguna manera, unos nodos-guia que orientaran y garantizasen la fiabilidad.
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