El anquilosamiento del sistema educativo español y también e mundial es evidente. Pese al fuerte entusiasmo de algunos sectores, se encuentran notables resistencias por parte de otros, lo que dificula un avance igualitario (el vicepresidente del Gobierno español, Pérez Rubalcaba, consideraba hace unos días la necesidad de implantar un MIR educativo para formar a los profesores).
Sin embargo, no es menos cierto que las estructuras sociales se están modificando rápidamente gracias a los imparables avances tecnológicos que facilitan algunos procesos y posibilitan otros.
Coincido en buena parte con lo que expresa George Siemens en su último artículo en elearnespace, donde se muestra convencido de que el cambio deben propiciarlo las empresas, ya que, aunque tienen distintos objetivos y utilizan métodos y modelos distintos, producen un efecto espejo y contribuyen decisivamente a dotar al proceso de un impulso que, de otro modo, no conseguirían.
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